El último día del año 2020 ha llegado y cuántas cosas rondan por nuestra cabeza y nuestros sentires cuando podemos palpar que un ciclo está a punto de cerrarse para abrir paso a otro; algunos entran en pánico, otros prefieren no pensar demasiado, otros asumen que el futuro no existe pero se nos vienen encima a priori 365 presentes seguidos…
Y entre tantas emociones dispersas y diversas , remanentes del ajetreo y el trajín vírico de este 2020, me encuentro aquí, a las 15:00 hs exactas, escribiendo este post que llevo postergando desde hace meses; tal vez en un póstumo intento de sentir que he cumplido un objetivo más de este año, para poder calmar mi consciencia perfeccionista y desorientada ante tantas nuevas situaciones que debemos gestionar en este código veiente-veiente .
Ha sido un año para reflexionar, desesperarse, añorar, aceptar, reinventar, crear, valorar, temer, creer, descubrir, redescubrir, imaginar, replantear, confiar… y muchas cosas más que según el caso y las circunstancias que nos rodeen habrán aflorado en nosotrxs y/o en aquellxs que nos rodean.
En mi caso, que es del que me permito hablar con más certeza, ha sido un año de importantes cambios e incertidumbres, pero ahora que cruzamos el puente que une un año a otro y consciente de que el camino tan sólo continua, me agrada tomarme unos instantes para dar las gracias y darme las gracias por no tirar la toalla y despedir el año sabiendo que he hecho todo lo posible por no perder la ilusión y la motivación, por seguir trabajando cada día en la medida de lo posible para que Aly Alma Music siga siendo un espacio creativo, inspirador, emotivo, artístico y con alma propia, con unas ganas inmensas de ser compartido y de crear espacios, momentos y experiencias musicales que aporten de manera significativa, cuerpos que remover y almas a las que llegar de la manera que necesiten.
Tal vez suene muy metafísico así expresado, pero aquella fuerza que nos mueve, que nos da la inspiración para vivir, las ganas de seguir soñando y creando para compartir cosas bellas, lo es…
Sin duda, no puedo olvidar todas las personas llenas de luz a las que me ha acercado la situación de este año y a las que tal vez no habría podido tratar más sin los sucesos ocurridos; la vida es como un entramado de caminos infinitos que saben cuando cruzarse y cómo y siento que a veces nosotrxs no podemos más que dejarnos sorprender y aprovechar en la medida que podamos la ola que nos regala el mar en el que nos encontramos, y los compañerxs de viaje con lxs que tenemos la “suerte” de encontrarnos.
En este año me doy cuenta una vez más pero de manera distinta de lo afortunada que soy; a pesar de todo lo que está sucediendo, he tenido un apoyo enorme de mi familia , amigxs y muchas personas muy especiales que he tenido la dicha de conocer a través de la música.
Muchas gracias a todxs lxs que habéis caminado de alguna forma a mi lado y/o me habéis permitido caminar al vuestro. Todavía queda mucho camino por recorrer… Éste ha sido un año que prometía mucho en su inicio y que a pesar de todo me ha brindado muchas experiencias inolvidables para “mal y para “bien”. Y aunque tengamos cierta sensación de regustillo amargo, creo que no por ello hemos de perder de vista aquellos valores y actitudes que nos motivan a seguir adelante, a crear y compartir cosas hermosas y valiosas que brotan a pesar o, incluso a veces, gracias a las dificultades.
Podría decir muchas cosas más, no obstante cada uno conoce su situación actual que debe afrontar. Pero, pase lo que pase, no perdamos la esperanza, ni dejemos morir nuestra capacidad de soñar; la primera nos dará perseverancia y fortaleza para resistir y la segunda es una herramienta valiosísima y poderosa que a todxs nos viene de serie, para crear y transformar historias y realidades.
Seguiremos dando todo lo mejor que podamos dar a través de nuestra música.
¡Allá vamos 2021!
